¿Sabías que puedes utilizar las conchas de moluscos que emplees para cocinar como abono cálcico para tu jardín o tus macetas?

No creas que esta técnica es de ahora, pues ya hacían uso de ella en las costas del norte, como en Galicia, donde la actividad agrícola usaba estas conchas y también las algas como fertilizantes naturales, pero con la llegada y expansión de la industria y venta de fertilizantes se fue dejando de lado.

Lo que tienes que hacer una vez reúnas suficientes conchas es machacarlas a modo de mortero, pero tampoco las pulverices. Que se distingan los trozos de estas conchas. Este abono es especialmente positivo en suelos arcillosos.

Cuando hagas esta tarea échalas en la tierra y mézclalas con ella. No importa si crees que te has pasado echando estos fragmentos, la tierra los acoge y lo asimila bien así que no tengas miedo a pasarte. Estas conchas también tienen nitrógeno, fósforo, potasio, azufre y magnesio.

Esta práctica mejoraría las propiedades químicas de los suelos regenerando así su fertilidad y su calidad. Así es como el suelo reconstituye su PH, neutraliza la acidez, se nutre del calcio y se disminuyen sus niveles de aluminio.

Otra ventaja es que no se diluye ni desaparece rápidamente, sino que se va liberando y erosionando poco a poco y dura en el tiempo, por lo tanto, sus propiedades también.  También ayuda a que el suelo se encuentre “mas suelto” y menos “apelotonado”.

Además, se convierte en una manera natural, biodegradable y ecológica de reciclar estas conchas de molusco. A grandes niveles, es algo muy positivo para la industria de conservas y marisqueras para ubicar estos restos de moluscos y que no acaben en fondos marinos, por ejemplo.

Otra ventaja a causa de ser un material natural es que no contamina aguas ni suelos, ni corrientes que acaben en ríos o mares, evitando la alteración de terrenos o ecosistemas.

Recuerda: en cuestión de abonar, no se tira nada. Si tu suelo necesita regenerar su PH y su actividad biológica, aprovecha estos restos para mezclar con abono y así cuidar de tus plantas mejor que nunca con carbonato de calcio.

¿Sabías que puedes utilizar las conchas de moluscos que emplees para cocinar como abono cálcico para tu jardín o tus macetas?

No creas que esta técnica es de ahora, pues ya hacían uso de ella en las costas del norte, como en Galicia, donde la actividad agrícola usaba estas conchas y también las algas como fertilizantes naturales, pero con la llegada y expansión de la industria y venta de fertilizantes se fue dejando de lado.

Lo que tienes que hacer una vez reúnas suficientes conchas es machacarlas a modo de mortero, pero tampoco las pulverices. Que se distingan los trozos de estas conchas. Este abono es especialmente positivo en suelos arcillosos.

Cuando hagas esta tarea échalas en la tierra y mézclalas con ella. No importa si crees que te has pasado echando estos fragmentos, la tierra los acoge y lo asimila bien así que no tengas miedo a pasarte. Estas conchas también tienen nitrógeno, fósforo, potasio, azufre y magnesio.

Esta práctica mejoraría las propiedades químicas de los suelos regenerando así su fertilidad y su calidad. Así es como el suelo reconstituye su PH, neutraliza la acidez, se nutre del calcio y se disminuyen sus niveles de aluminio.

Otra ventaja es que no se diluye ni desaparece rápidamente, sino que se va liberando y erosionando poco a poco y dura en el tiempo, por lo tanto, sus propiedades también.  También ayuda a que el suelo se encuentre “mas suelto” y menos “apelotonado”.

Además, se convierte en una manera natural, biodegradable y ecológica de reciclar estas conchas de molusco. A grandes niveles, es algo muy positivo para la industria de conservas y marisqueras para ubicar estos restos de moluscos y que no acaben en fondos marinos, por ejemplo.

Otra ventaja a causa de ser un material natural es que no contamina aguas ni suelos, ni corrientes que acaben en ríos o mares, evitando la alteración de terrenos o ecosistemas.

Recuerda: en cuestión de abonar, no se tira nada. Si tu suelo necesita regenerar su PH y su actividad biológica, aprovecha estos restos para mezclar con abono y así cuidar de tus plantas mejor que nunca con carbonato de calcio.