Una mala hierba es una planta que crece en un lugar donde no se desea que crezca. Generalmente este concepto se aplica a las especies que crecen en los cultivos.

Las malas hierbas se han extendido globalmente, asociadas a los cultivos que caracterizan, por lo que muchas de las especies arvenses de Navarra son introducidas, procedentes de otros lugares.

Algunas forman parte de la flora de Navarra desde hace mucho tiempo, mientras que otras se han incorporado muy recientemente, como las malas hierbas de los arrozales.

Las malas hierbas se caracterizan por su alta capacidad de dispersión, gran persistencia y por ser muy competitivas. Disminuyen el rendimiento del cultivo, interfieren con estructuras agrarias, como canalizaciones de agua, o en los procesos de cosechado y comercialización.

Para evitar su aparición desde el principio, es vital trabajar a conciencia la tierra antes de plantar en ella ya sea césped o plantas. Una tarea que implica eliminar, incluso, los 20 centímetros de capa superficial de sustrato que tengamos. Haciéndolo estaremos eliminando también las malas hierbas que pueda haber y, de paso, sus raíces.

Es imposible una solución 100% eficaz y permanente para evitar que las malas hierbas crezcan, porque en cualquier lugar donde haya tierra fértil, humedad y clima cálido, estas atacaran independientemente del lugar o altura.

Es única y exclusivamente bajo el mantenimiento humano que estas hierbas dejarán de molestar en una extensión de tierra deseada, y es que sin importar si el herbicida sea químico o casero, la mala hierba siempre busca la manera de surgir cuando estos métodos pierdan efecto, lo cual es inevitable.

Se puede elegir cualquier método de preferencia y tener el debido cuidado por tu jardín, solo así la maleza no tendrá lugar donde proliferar, pero recuerda, estas son plantas al igual que las tuyas, con la única diferencia de ser silvestres, por lo cual lo que es saludable para tu huerto favorito, lo es para ellas y viceversa, es común y natural que donde hay tierra para sembrar ellas quieran ejercer su lugar, resulta algo con lo que se debe estar dispuesto a vivir.

Una mala hierba es una planta que crece en un lugar donde no se desea que crezca. Generalmente este concepto se aplica a las especies que crecen en los cultivos.

Las malas hierbas se han extendido globalmente, asociadas a los cultivos que caracterizan, por lo que muchas de las especies arvenses de Navarra son introducidas, procedentes de otros lugares.

Algunas forman parte de la flora de Navarra desde hace mucho tiempo, mientras que otras se han incorporado muy recientemente, como las malas hierbas de los arrozales.

Las malas hierbas se caracterizan por su alta capacidad de dispersión, gran persistencia y por ser muy competitivas. Disminuyen el rendimiento del cultivo, interfieren con estructuras agrarias, como canalizaciones de agua, o en los procesos de cosechado y comercialización.

Para evitar su aparición desde el principio, es vital trabajar a conciencia la tierra antes de plantar en ella ya sea césped o plantas. Una tarea que implica eliminar, incluso, los 20 centímetros de capa superficial de sustrato que tengamos. Haciéndolo estaremos eliminando también las malas hierbas que pueda haber y, de paso, sus raíces.

Es imposible una solución 100% eficaz y permanente para evitar que las malas hierbas crezcan, porque en cualquier lugar donde haya tierra fértil, humedad y clima cálido, estas atacaran independientemente del lugar o altura.

Es única y exclusivamente bajo el mantenimiento humano que estas hierbas dejarán de molestar en una extensión de tierra deseada, y es que sin importar si el herbicida sea químico o casero, la mala hierba siempre busca la manera de surgir cuando estos métodos pierdan efecto, lo cual es inevitable.

Se puede elegir cualquier método de preferencia y tener el debido cuidado por tu jardín, solo así la maleza no tendrá lugar donde proliferar, pero recuerda, estas son plantas al igual que las tuyas, con la única diferencia de ser silvestres, por lo cual lo que es saludable para tu huerto favorito, lo es para ellas y viceversa, es común y natural que donde hay tierra para sembrar ellas quieran ejercer su lugar, resulta algo con lo que se debe estar dispuesto a vivir.